A continuación detallaremos algunas conceptos y estrategias para implementar en tu etapa escolar, preuniversitaria o universitaria para evitar la procrastinación. Un ejemplo muy habitual es cuando debes estudiar, pero estas muy lejos de hacerlo. Neurológicamente estas activando las áreas de tu cerebro que se asocian con el dolor, así tu cerebro de manera natural busca la forma de detener ese estímulo negativo cambiando tu atención hacia algo diferente. Los investigadores han descubierto que poco después de que la gente comienza a trabajar en lo que no les gusta, ese neuromalestar desaparece.
Una herramienta mental para trabajar la procrastinación es enfocarse en el proceso, no en el producto. El Proceso es el flujo del tiempo y los hábitos y acciones asociados con ese flujo de tiempo. En cambio, el producto es el que te lleva a la procrastinación. Por la misma causa, muchos estudiantes colapsan durante el proceso, prefieren resultados antes que cumplir responsablemente un proceso, por ejemplo, estudiando todos los días en un horario definido. Que distinto es buscar el aprendizaje a una nota o puntaje en particular.
Una herramienta muy recomendada es la técnica de Pomodoro. Te permite generar hábitos de estudio y enfocarte en el proceso. Funciona con 5 pasos:
Paso1: Decide la tarea que vas a realizar.
Paso 2: Programa el pomodoro (generalmente un reloj con alarma) en un lapso de 25 minutos.
Paso 3: Trabaja de forma concentrada e intensiva hasta que suena la alarma.
Paso 4: Descansa durante 5 minutos (tomar un café, come un chocolate, estirarse, ir al baño, etc.) Cualquier cosa sirve, excepto trabajar. En este momento date una pequeña recompensa.
Paso 5: Inicia de nuevo el proceso. Cuando se alcanzan los cuatro pomodoros, se toma un descanso más prolongado si necesitas seguir trabajando. Recuerda que es fundamental establecer una hora de termino.
Otra herramienta recomendada es el método Feynman, cuyo nombre proviene del destacado físico estadounidense . Los 3 pasos son:
Paso 1: Escribe el nombre del concepto que estas estudiando en la parte superior de una hoja de papel / libreta.
Paso 2: Escribe una explicación del concepto en esta página. Usa un lenguaje plano, como si se lo estuvieras explicando a alguien (a otro estudiante, etc.). Esto debería resaltar lo que has entendido pero sobre todo te apuntará lo que no acabas de saber.
Paso 3: Revisa lo que no acabas de saber. Vuelve a la fuente de información, relee, y re-apréndelo. Repite el paso 2.
Si utilizas un lenguaje confuso o simplemente estas reescribiendo la fuente con otras palabras, vuélvelo a hacer y así filtras el contenido. Simplifica tu lenguaje, y donde sea posible utiliza una analogía simple.
Estas y otras herramientas son implementadas en los diferentes programas de Rinde al 100. Solicita una consultoría gratuita para tener mas detalles, encontrar un programa de clases particulares y a tu profesor particular ideal que se adapte a tus necesidades.